Pero las historias de verdad no terminan así. No puedes congelar el cuadro en el momento más feliz e ir a los créditos. No puedes ignorar todo el sentido del realismo y fingir que alguien está viendo tu historia con los ojos aguados. Entonces es más difícil tomar las decisiones. Es más difícil saber pa' donde agarrar. No hay finales alternativos: lo que decides, es lo que va. Y ya no se trata solamente de ti, sino de las demás personas que se ven afectadas por tus acciones.
Siempre, siempre, alguien es afectado por tus acciones. Y aunque quisiera ser egoísta no puedo, siempre pienso en las personas. En las personas que piensan en mi. Pero si no hieres a uno, hieres a otro. Siempre es así. Y las personas como yo piensan en como hacerlos felices a todos. A veces se me olvida incluirme a mi. Y por fin empiezas a caminar en una dirección, creyendo estar satisfecho con tu elección. Pero mientras más caminas más empiezas a dudar. Y, como le pasó a Alicia, no te puedes regresar. El perrito con una escoba de nariz fue borrando el camino. Y todo se va poniendo oscuro y no sabes a donde ir. Y te sientas en una piedra a llorar porque intentaste e intentaste pero todo a tu al rededor estaba loco y te frustras y no puedes más. Pero Alicia terminó bien porque su historia estaba escrita.
Es difícil saber lo que sientes cuando cada mañana te sientes diferente. Puedes tener mucha convicción mientras haces planes, pero cuando te acuestas no puedes dormir y empiezas a pensar y todo es más complicado de lo que parece. Y todo te afecta más de lo que quieres. Y ahora ningún camino te apetece, y quisieras poder quedarte parado ahí sin tener que escoger uno. Sentarte ahí de espalda a ellos para fingir que no existen. Quedarte en un momento simple que no necesite explicación. O caminar inerte y ver a donde llegas. O que llegue un hada madrina, o un genio, o el mago del bosque, o la sonrisa de un gato, y te explique el secreto que más nadie te quería decir. Pero eso solo pasa en la literatura.
Y hablas en números, en años, en dolares. Y piensas en lógica, en responsabilidad, en conveniencia. Y mencionas el futuro y el futuro y el futuro. ¿Qué del futuro? Siempre asumimos que hay uno. Por ahí leí una frase que decía que pasamos el presente planeando el futuro pero solo se nos permite vivir en el presente. O algo así. Aún no sé qué opino de eso. En el momento piensas "sí, es verdad" pero a la hora de la verdad siempre te preocupa tu futuro. Y debería. ¿O no debería? Es difícil saber qué opinas cuando nunca te puedes decidir por nada. O peor aún, te decides con convicción, y al día siguiente cambias de opinión. ¿Eso no tiene un nombre?
"Home, let me come home, home is whenever I'm with you." Las canciones tienen el mismo efecto.
Todo se magnifica con el insomnio.
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